Nota cultural-educativa-preventiva - Consumo de hongos alucinógenos y su repercusión en la conducta.

Miércoles, 16 Septiembre 2020

Por: Dr. Rafael Guerrero Peralta - Presidente del Consejo Nacional de Drogas

 

Los hongos TEONANÁCATL no eran consumidos de forma recreativa por los ciudadanos Aztecas, sino que sólo se comían en ocasiones especiales, como festivales y reuniones grandes, que tenían que ver con la adoración a los dioses, y entrar en conexión con ellos.  

¨Ejercía en los indígenas de manera terrorífica, excitante, perturbante o imprimía en ellos una alegría notoria".

Unos  provocaban risa, otros  causaban visiones de demonios y guerras, otros que se usaban para fiestas les daba energía y conductas alegres. “Tenían otra manera de embriaguez que los hacía más crueles”.

En particular, el hongo que se utilizaba para las ceremonias religiosas Mexicanas era el denominado “Pajarito” según algunas fuentes, y era usado para invocar a los dioses o entrar en contacto con el inframundo o hasta predecir el futuro. Estas costumbres provocaron horror e intriga en los misioneros y conquistadores. 

Ha sido descrito con horror la ingesta de hongos señalando que los sacerdotes bajaban los escalones de las pirámides bañados de sangre “bramando” y que parecían “bestias encarnizadas”, además se ha  señalado  que los ritos impulsaron a los habitantes a hacer “de esta tierra un traslado del infierno”, en el que cada hogar era “un bosque de abominables pecados”. 

El peyote es otro de los productos que se consumía bastante durante la época de los Aztecas, y de acuerdo con  testimonios, era lo que tomaban los soldados para pelear de manera feroz en el campo. 

En el mismo orden, el ritual de la Cohoba, practicado en la Hispaniola era la ceremonia Taína más importante, los caciques miembros,  nitaínos, behiques-chamanes participaban en éstas para consultar a los Cemíes acerca de eventos relevantes para la comunidad. Consistía en la inhalación precedida de un vómito purificador de sustancias alucinógenas que provocaban un estado de éxtasis que permitía la comunicación con las deidades o Cemíes. 

Los hongos alucinógenos conocidos como ololiuqui, cohaba, harmina y yagué. Estas sustancias generalmente provocan sensaciones de euforia, aumento en el ritmo cardíaco, la presión sanguínea y el tamaño de la pupila. En dosis muy altas el consumidor puede notar distorsiones en la vista, el olfato y la coordinación motriz. 

“Se catalogan como ‘droga’, aunque los hongos alucinógenos no causan adicción consumidos solos. Por eso, muchos grupos los han podido utilizar desde hace siglos. El problema es cuando quienes los consumen lo hacen junto con otro tipo de sustancias, que sí puedan provocar adicción, o sí puedan convertirse en droga”. 

Impactos en la salud 

Aunque se ha demostrado que los hongos alucinógenos no causan adicción, sí generan repercusiones en el organismo constatan diversos estudios.

Además de generar ilusiones, sinestesia (oír los colores o ver los sonidos) y alucinaciones, otros efectos de los hongos alucinógenos son presión sanguínea baja, dolores abdominales, vértigo, sudoración, debilidad muscular, depresión, euforia, entumecimiento y confusión; mismos que podrían agravar otros padecimientos que tenga la persona que los come.

En el caso de individuos propensos a tener alguna enfermedad mental, el consumo de estos hongos podrían agudizar los padecimientos. “Actualmente, tienen un uso en psiquiatría y en enfermedades neuronales¨. 

Es de importancia de que se tenga pleno conocimiento de los alcances de los hongos y acciones para la disminución de riesgos porque suelen ocurrir confusiones y se corre el peligro de intoxicación.

Las drogas indígenas que se consumen hoy en el mundo derivan de plantas naturales, antes usadas por distintas tribus ahora llegan a los laboratorios clandestinos que las mezclan y purifican para lograr una síntesis  muy peligrosa. Las sustancias prohibidas crecen indiscriminadamente, el auge de las drogas sintéticas como el éxtasis, la ketamina, permiten que el crimen organizado se mueva en niveles menos costosos y más sencillos, facilitando su accionar.

También la hoja de la coca y pasta base, entre otros estupefacientes.

Y surge la interrogante de,  ¿por qué el ser humano desde tiempos inmemoriales busca la manera de evadir la realidad, de distorsionar situaciones, aferrarse a divinidades creadas, buscar la diversión mediante el engaño y la alteración de su mente? 

¿Será que hemos perdido la capacidad de ser auténticos?

Podemos ser felices mostrando y dando lo mejor de nuestro esfuerzo, desprovistos del ego y cuidando nuestro cuerpo y mente. Templo sagrado mediante el cual vivimos.

Reflexionemos y aprendamos hacer elecciones correctas. Elecciones de vida.

¡Nos toca a todos detener las drogas!